Detenerse y admirar
Una conversación con Juliana Castro
Juliana Castro nos invita a hacer un ejercicio simple: admirar. Parar un segundo nuestra álgida vida y mirar el cielo. Caminar por la playa y mirar el mar. Tan simple como levantar la cabeza cuando vamos por la calle y encontrar terrazas, balcones y ventanas adornadas que jamás hemos visto es algo de lo que se incluye dentro del libro “Papel Sensible”. La autora nos propone una serie de relatos, anécdotas, referencias y miradas en palabras. En total son 27 y, además, cada introducción tiene otras miradas sobre cosas en específico que nos acercan al arte, a la música, a la pintura y a la añoranza del pasado, de lo que fue y de todo lo que dejará de ser en el instante mismo en que no estemos en este plano.
Eran las 10 p.m. cuando leía uno de los capítulos del libro que decía lo siguiente:
Casi nadie habla de lo que pasó. Mi familia se la pasa intentando olvidar. Cuando se reconoce lo sucedido – esto o cualquier otra cosa horrible que nos haya pasado –, siempre es en términos divinos, de agradecimiento, de recogimiento, de entrega: <<gracias a Dios salimos vivos>>, << Dios sabe cómo hace sus cosas>>. Nunca es en términos de trauma o rabia o frustración o pérdida. No sé cuál es la forma correcta de proteger a los niños de la tragedia, pero sé que recordar ayuda a entender.
Ahí dije: ¡Guau!, Juliana también vivió el terremoto como yo lo viví, éramos niños cuando uno de los eventos naturales más relevantes de la década ocurría en el Quindío y sus alrededores. Me encontré de pronto con el recuerdo de una crónica que había escrito para el especial que publicó El Rollo sobre los 20 años del terremoto y volví a recordar mi molestia por no haber encontrado tantos textos como quisiera sobre lo vivido durante 1999. Coincido con Juliana cuando en su texto dice que al parecer a la sociedad no le gusta recordar estos momentos catastróficos, simplemente los comentan en la fecha y el resto del año hacen como si nada. Me parece muy curioso que los relatos que me he encontrado han sido de quienes en ese instante éramos niños y luego nos animamos a relatar. ¿Qué dice eso sobre nuestra construcción de sociedad?, ¿Cómo explicar que el milagro de la vida luego del terremoto es una fundamentación de esto que somos como departamento, pero que pocas personas desean recordar?
Otro texto que me pareció fundamental sobre esto de detenerse y admirar se llama “Ver el mar”, y dice lo siguiente:
Yo visité Estambul el año siguiente y recuerdo montar en los botes que conectan Asia con Europa por el precio de un pasaje en metro. Hay gente que todos los días cruza de un continente a otro de camino a la oficina. No sé si el conocimiento les revuelve las entrañas. Han naturalizado ese mar como yo he naturalizado irme a pie en la parte de atrás de los yipaos desde Salento al Valle del Cocora. El asombro de los ojos extranjeros ayuda a reconocer la rareza.
Papel Sensible es un libro que permite conocer y acercarnos al arte, su nombre viene dado literalmente por la forma en que el papel sensible recoge el afuera de una cámara y lo plasma, quizás para siempre, en su interior. La fotografía, la pintura, la escultura, la escritura y todas las expresiones artísticas se juntan dentro del libro de Juliana para mostrarnos que mediante estos ejercicios podemos ver, comprender y cuestionar esto que entendemos por mundo.
Hablar con Juliana es también conocerla en sus letras, ver la niña que vivió en distintas partes, que ha visto el mar extranjero, que ha habitado hogares lejanos a Colombia, pero que guarda cierto cariño y cierta identidad sobre esto que es “el país del Sagrado Corazón de Jesús”. Porque claro, crecer en una familia religiosa fue también un motor de búsqueda sobre otras formas de entender nuestra construcción de mundo y aunque ella escriba y comente que no cree mucho en estas prácticas y ritos, señala que le parece fundamental lo que provoca un acto de fe en las personas, que ella misma se ha encontrado haciendo cosas totalmente irracionales pero con la certeza del logro.
Ella es romántica, cuenta, por ello en su texto este tema hace parte de los relatos. Cuándo y cómo nos enamoramos, quién decide amar, de qué forma podemos seguir afirmando que es el amor lo que mueve al mundo y qué entendemos, además, sobre el amor o el amor romántico que tantos daños causa con sus expectativas y desilusiones. Juliana nos relata algunos momentos de su vida amorosa y nos muestra que esto es también una decisión y una construcción. Nos dice que el amor es fundamental, pero que hay distintas maneras de amar, de ser amado y de dar amor.
La invitación es entonces a leer Papel Sensible, conocer a Juliana y seguir repitiendo este ejercicio de detenerse y admirar. Ojalá, como yo, se sientan identificados e identificadas con algún relato o algún pensamiento, como, por ejemplo, en mi caso:
Digo que no soy supersticiosa. Digo que no creo en las estrellas determinen mi personalidad, pero digo que soy Tauro para justificar que soy terca. También digo que me gustan los gatos negros, pero no los espejos rotos. No creo que al soplar los dados me vaya a salir par. No creo que el deseo no se cumpla si lo cuento. Pero a veces soplo los dados, a veces leo el horóscopo, a veces guardo el deseo. Veo en una esquina la bicicleta que me gané en una rifa, la postal que envió mi hermano, la ventana que da a un árbol. ¿Cómo no creer?
Texto:
Johan Andrés Rodríguez Lugo
Director
Comunicador Social Periodista Universidad del Quindío
Tomar café, comer mucha pasta, la música, los libros, caminar las calles
“No es que una quiera es que toca, entonces tin”
Fotos:
Christian David Acuña
Director de Fotografía
Comunicador Social Periodista Universidad del Quindío.
Músico, fotógrafo y voleibolista rodillón.
"Lo mío es la percusión”
Producción El Rollazo
Jorge Alberto Mendoza
Editor General
Comunicador Social - Periodista
Universidad del Quindío.
"No se mucho de nada pero me gusta aprender, ramonero de corazón y enfermo por las imágenes".