Ibagué Ciudad Rock,
la energía hecha festival

Ibagué Ciudad Rock / Foto por: Paula Núñez.

Un fin de semana mágico se vivió el 15 y 16 de octubre de 2021, acompañado por el fuerte olor a tabaco, el rítmico movimiento de cabezas, el cambio climático y los constantes cánticos de todas las personas que se encontraban en Ibagué Ciudad Rock. En honor a los 20 años del segundo Festival más antiguo del país, los fanáticos del género disfrutaron de la exorbitante energía de agrupaciones locales como Psylock y los saltos, expresiones y canciones icónicas de Genitallica. Las voces de los cantantes, el sonido de las cámaras fotográficas y el del roce de los cuerpos en los pogos decoró dos días que permitieron que los ibaguereños dejarán salir todo aquello que guardaron en su cuerpo después de casi un año de aislamiento.

Ibagué Ciudad Rock XX fue de los enfermeros que estaban pendientes de cualquier inconveniente en el público, las personas que barrían aquellas hojas secas caídas de los árboles, los organizadores que protegían el escenario y la transmisión por YouTube, los medios de comunicación que fotografiaban a los artistas, las agrupaciones que llenaban el ambiente con su enérgica música, y las audiencias físicas y virtuales que bailaban, movían sus cabezas, gritaban y cantaban como si fuera el último día de sus vidas, pues vivían con toda la pasión un concierto lleno de cultura y expresión artística.

La energía acumulada

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Para el rock no hay edad. / Foto por: Alejandro Vargas.

En 2020 el mundo fue sorprendido por una pandemia que provocó el distanciamiento social obligatorio. En aquellos días, la soledad era el sentir que dominaba la vida de las personas, por ello la música se convirtió en la forma de liberar toda la ansiedad y nerviosismo que rodeaba a los ibaguereños. Los artistas lanzaban canciones para acompañar en esos tiempos difíciles a todos sus fanáticos; “queríamos sacar algo que quizás los pudiera sacar de lo que estaba pasando, pues sumado a la pandemia y el estallido social habían vivido dos años de mucho estrés y encierro” afirmó Francisca Torés, baterista del dúo chileno Frank’s White Canvas, quienes publicaron ‘My Life, My Canvas’ durante la pandemia.

Los conciertos y festivales se vieron completamente perjudicados por la cuarentena, debido a que la única manera en la que se permitió realizar estas actividades fue por medio de escenarios virtuales. Sin embargo, al empezar la vacunación masiva este tipo de reuniones retomaron una normalidad limitada que se evidenció en el ICR XX. A pesar de que el tapabocas sigue siendo parte de la cotidianidad, en el Festival fue posible apreciar las sonrisas, los besos y una variedad de muestra de afecto entre los asistentes. No obstante, la cantidad de personas que podrían ser capaces de disfrutar del espectáculo era “reducida”, aunque el cartel que se presentó en Ibagué Ciudad Rock fue de tal magnitud que logró convocar a más personas de las que se esperaba estuvieran presentes en el evento.

La energía acumulada fue la cereza del pastel que impulsó y brindó un toque nostálgico y poderoso al encuentro. El mar de manos que se movía, el joven que cantó junto a Psylock, las voces que retumbaban al gritar Kraken y los constantes pedidos a Genitallica para que cantarán ‘Borracho’ fueron claro ejemplo de esto. “La gente nos presentó y nos abrazó como una familia, así que todo fue muy exitoso”, declaró el bajista de la agrupación caleña Rain On Fire, debido a que a pesar de la limitación del aforo las voces de la audiencia en el evento retumbaron como nunca e hicieron que la energía de los artistas no dejara de aumentar.

Ibagué Ciudad Rock es protesta

Desde sus inicios, el rock siempre ha estado ligado a la protesta; el inconformismo con el estado, el sistema económico, los conflictos armados y la religión son algunas de las temáticas que resaltan en este género musical. Durante la década de los setenta, en Estados Unidos los mensajes anticapitalistas y en contra de la guerra de Vietnam que se presentaban en las canciones de las bandas más populares, acompañaron las constantes manifestaciones de los jóvenes. En Colombia, el disgusto que existe en contra del gobierno de Iván Duque no se escapa de la letra de las agrupaciones locales, las cifras de los falsos positivos y la violencia policial vivida en el país, no se olvidan ni se perdonan en el escenario.

Las muestras de inconformismo siguen presentes después de 5 meses del paro nacional. Las imágenes de abusos policiales, el mensaje dedicado a Iván Duque en la presentación de Peste Mutantex, las constantes menciones al expresidente Álvaro Uribe, la crítica religiosa de Exequia, y las arengas que entonó el público durante la presentación de Doctor Krápula, motivaron a las personas a cantar con más euforia. La voz que antes gritaba “hay un herido”, en ese momento solo decía “Kra-ken” y el sonido de un disparo era sobrepasado por el de un acorde musical.

“Venimos de un año una mierda, pero aquí estamos y aquí estaremos. Esto es por todas las personas que salieron a marchar, todos los que quisieron levantar su voz y también para aquellos que los callaron con balas” exclamó el vocalista de Rabia Contenida en el escenario.

La mujer mueve el ICR

Bajista de Narpsycotic. Foto por: Alejandro Vargas.

Otra de las formas de manifestación artística en el rock es la de las mujeres, a pesar de que los representantes más grandes de este género musical sean hombres, existen algunas artistas que dejaron su huella, desde Patti Smith hasta Janis Joplin. Sin embargo, el papel del género femenino se encasilló en ser la inspiración de los grandes músicos y fue mínimo el espacio que se dio para que ellas puedan expresarse musicalmente.

En Ibagué Ciudad Rock se sintió una fuerte presencia de la mujer en comparación a años anteriores, en los cuales existía poca visibilidad del género femenino en el cartel de artistas, como en el ICR 2017 donde solo hizo presencia Fedra, un grupo nacional de tres integrantes. Por los 20 años del Festival existió un aumento considerable de artistas mujeres, desde el dúo chileno Frank’s White Canvas; Katherine Arévalo, bajista de Narcpsychotic; Joa Tovar; Nannetti Hoyos, Lizeth Villanueva, integrantes de Ostinato y Roxana Restrepo, quien es la voz principal de Kraken. A pesar de que no existe la misma cantidad de artistas femeninas en el rock, la diferencia entre el número de hombres y mujeres es abismal, el espacio que se les brinda en estos eventos musicales está en crecimiento y los estereotipos sobre la mujer en ellos se derrumban.

Además, las mujeres no solo se encuentran presentes sobre el escenario, “de hecho en el Festival de Ibagué, hay mucho staff detrás que somos muchas mujeres… muchas mujeres de la industria musical están tras bambalinas y es verdad que hay que darle muchas veces más fuerte, pero hay que seguir luchando”, afirmó Francisca Torés de Frank’s White Canvas. De esta manera, las artistas, las organizadoras, las enfermeras, las vendedoras, las periodistas y la audiencia demuestran que hay espacio para que las mujeres dejen una huella en este tipo de escenarios, no es un lugar solo para hombres, el género femenino también es protagonistas de estos eventos.

¿Y los habitantes del sector?

Ibagué Ciudad Rock se realiza, desde hace algún tiempo, en el centro de la ciudad, los carros que transitaban la avenida principal de la Capital Musical disfrutaron del ‘Pibe de mi barrio’ a todo volumen mientras llegaban a sus hogares y quienes intentaban dormir no lo lograron porque su cabeza se movía al ritmo de las canciones de Exequia. Por lo tanto, ¿qué opinan ellos sobre un evento de tal magnitud? La respuesta es sencilla, creen que es un muy buen espacio para que los jóvenes se expresen culturalmente. “Llevamos mucho tiempo encerrados, esto nos va a ser mucho bien…el tema de la música aparte de ser un arte es una gran terapia, es un medicamento o vitamina esencial para la vida”, destacó Carlos Gonzales habitante del sector.

Aunque a algunos habitantes les parezca terrorífico o no gusten mucho del género, considera que el comportamiento de todos los asistentes fue muy bueno, a pesar de que el rock es un género que incita a bailar, mover la cabeza y saltar, la audiencia estuvo muy tranquila a la hora de ingresar y salir de la plazoleta del Parque Centenario. La presencia de la Policía Nacional se hizo notar, su vestimenta verde adornó los alrededores del Festival, al contrario de “que en otras épocas del año no es así”, aseguró un comerciante de la Plazoleta de los Artesanos.

Además, el realizar un festival cerca de comercios incrementa las ventas por la cantidad de transeúntes. Los habitantes del sector y de la ciudad muestran su deseo para que se realicen más conciertos y eventos de este tipo, debido a que permite que se abran nuevos espacios culturales para los ibaguereños. De la misma forma, se rindió homenaje al título de ‘Ibagué Capital Musical de Colombia’, aunque a veces parece solo decorativo, pues en la práctica son muy pocas las formas en las que los ciudadanos pueden mostrar o disfrutar del talento de la región.

Ibagué Ciudad Rock, un evento que reunió a jóvenes, adultos y ancianos, permitió volver a sentir la emoción de un festival después de un largo tiempo de confinamiento. Los recuerdos y experiencias de todos los que cantaron y saltaron con Doctor Krápula, quienes sintieron la emotividad de Roxana de Kraken, los que vivieron el primer pogo con Ultra y los que disfrutaron de un fin de semana con sus amigos quedarán en la mente de cada uno. Un espectáculo que, aunque no fue perfecto, representó sonrisas, baile y charlas para los asistentes; además de simbolizar el crecimiento que en sus 20 años tuvo el ICR.

Paula Sofia Nuñez Beltrán

Estudiante Programa Comunicación Social y Periodismo

Universidad de Ibagué.