En el marco de la conmemoración por los XV años del Encuentro Nacional de Escritores Luis Vidales, sobre el importante proceso que han significado para el departamento del Quindío su trabajo literario y pedagógico, se propuso un diálogo con los escritores Vanessa Rosales y Gilmer Mesa, sobre las violencias y reivindicaciones de la ficción y no ficción en Colombia.

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La reconfiguración de una sociedad por medio de la ficción y no ficción, significa no poco, la repetición histórica del mundo mediada por la palabra y la imaginación. Es entonces la literatura, un camino, un artefacto, un medio, un arma, un lugar simbólico y un jugar con el lenguaje, que nace, como bien lo describe Gilmer Mesa, por la insatisfacción con la realidad. 

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En voz de los autores, la violencia corresponde a un ser que habita en la cultura como un organismo autónomo al que hay que desmembrar para encontrar, en sus extremos, gran parte de lo que es el hombre social. Es precisamente en la escritura, con sus voces silenciosas, donde se dictan las observaciones acerca del mundo, de sus violencias y micro violencias, especialmente a partir de las marginalidades que se configuran en sujetos protagonistas de la misma, como la mujer.

 

A partir de allí, se dialoga en torno a ella como punto de intersección en la literatura de ambos autores presentes, quienes manifiestan reconocer la importancia tanto de la figura femenina en el relato, como del estudio frente a su descentralización desde lo histórico. 

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Bien hablan los libros y corroboran las calles, las violencias estructurales que se han articulado en el tiempo alrededor de la figura femenina. Con el establecimiento de la erotofobia y la lucha de clases que preconiza un erotismo privilegiado, se vinculan la libertad otorgada a la figura del hombre y al libertinaje como producto del actuar femenino.